El viernes 10 de noviembre se celebró una nueva sesión del ciclo #VHIOTalks, en el Espai Artchimboldi, donde había más público que nunca. Esta sesión del ciclo se centró en el cáncer de mama hereditario y explicó cómo podemos conocer el riesgo individual de desarrollar un cáncer de mama. Así pues, Judith Balmaña, jefe del Grupo de Genética del Cáncer Hereditario del VHIO, Adrià López, asesor genético en el Hospital Universitari Vall d’Hebron, Joan Brunet, director de genética clínica del cáncer del ICO y Carles Aguilar, periodista audiovisual y director del programa En bones mans de Onda Cero, como moderador, se encargaron de hacer llegar estos conocimientos al público. En esta ocasión no había ninguna paciente en la mesa, pero sí había muchas entre el público, que no solo hicieron preguntas, sino que también desempeñaron el rol de la paciente que aportaba su experiencia.
En esta ocasión, además, esta sesión de #VHIOTalks ha sido incluida en la Semana de la Ciencia, que empezó el mismo viernes día 10 y terminará el próximo domingo 19 de noviembre.
Joan Brunet ocupó el primer turno de intervenciones de la mesa situando algunos datos sobre el cáncer de mama, que es el más frecuente en las mujeres y está compuesto de muchas enfermedades distintas. Recordó cuáles son los factores de riesgo: la edad y las características genéticas; como factores modificables también están la dieta, el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad. Recordó la importancia de hacer una detección precoz y que, por tanto, es necesario adherirse a los programas de cribado poblacional entre los 50 y los 69 años, ya que se calcula que un tercio de las mujeres citadas a formar parte de este cribado no participan, mientras que el beneficio está claro: de cada 1.000 mamografías hechas, se diagnostican 7-9 cánceres de mama sin sintomatología alguna.
El moderador dio paso a la Dra. Judith Balmaña, que explicó qué cambios pueden experimentar las células de la mama a lo largo de la vida, sobre todo a medida que aumenta la edad de las mujeres, y el peso que tiene la exposición continua a diferentes elementos como los estrógenos. También explicó qué predisposición genética podemos tener en determinados riesgos, dentro de la individualidad de cada uno. Esta predisposición no es hereditaria por ser un conjunto de balances entre la individualidad genética y todos los hábitos que tenemos; en concreto, hay mujeres que son portadoras de determinados genes conocidos porque incrementan el riesgo de padecer un cáncer de mama; si estos genes son hereditarios, requieren una vigilancia de por sí. “El análisis de todos estos factores de riesgo o factores protectores que nos constituyen y que nos pueden dar una estimación de qué riesgo tenemos son los que se estudian en el Proyecto PRISMA, donde se realiza un seguimiento de estas pacientes incluidas en un estudio a 5 años, a 10 años o a lo largo de la vida. Es un marco teórico que ahora se intenta cuantificar, ya que un modelo predictivo lo ajusta a cada una de las poblaciones de estudio”, explicó la Dra. Judith Balmaña.
El proyecto PRISMA se inició durante la pandemia, incluye mujeres sanas con historia familiar de cáncer de mama pero sin ninguna alteración genética conocida y valora la importancia de entender cuál es la estimación de riesgo y cómo se actualiza para tomar decisiones. También ayuda a entender que el riesgo teórico no es el riesgo individual, ya que existen factores protectores que hacen que quizás el aumento del riesgo individual sea bajo, como el control del peso, especialmente el volumen de tejido adiposo en las mujeres postmenopáusicas. La fuente de estrógenos procede del ovario. Cuando los ovarios dejan de funcionar, una abundante presencia de tejido adiposo sigue siendo una fuente de estrógenos para la mama. Con las esperanzas de vida actuales, puede haber muchos años de exposición, si existe sobrepeso. Esta información siempre debe ser personalizada y en este punto el moderador hizo hincapié, mientras la Dra. Balmaña afirmó: “Podemos decirle a una mujer que está en un grupo de riesgo alto o bajo; pero nunca afirmar que va a sufrir la enfermedad”. En el caso del tratamiento hormonal sustitutivo, debe evaluarse cada caso.
Adrià López expuso la importancia de la comunicación con las pacientes, pero sobre todo cómo se trabaja este aspecto tan importante en la Consulta de Consejo Genético, donde se dispone de más tiempo para poder hacer entender la situación a las pacientes. También incidió en que el proyecto PRISMA tiene una vertiente de estimación de riesgo e incluye un subproyecto con 300 mujeres que evalúa cómo es y cómo debe ser la comunicación del riesgo de padecer un cáncer de mama entre la población general, porque no todo el mundo entiende igual la estimación del riesgo. Esta parte del proyecto valora cómo las pacientes entienden los riesgos y cómo prefieren que se les comuniquen, evaluando cuál es la mejor forma de aproximarse a las pacientes. En una primera fase del proyecto no se incluyeron las pacientes con mutaciones conocidas, mientras que en el brazo actual del proyecto sí que se incluyen mujeres que son portadoras de alguna mutación o alteración genética que las hace especialmente sensibles y con más posibilidades de padecer un cáncer. Y reanudó la idea de la personalización de la transmisión de información: cómo identificar patrones de comunicación y la importancia de saber que no todo el mundo percibe la información de la misma manera.
También se habló ampliamente, como apuntó Adrià López, sobre el ejercicio físico y la importancia de la dieta, ya que “la actividad física después de un cáncer de mama reduce un 30 % las posibilidades de recaída. Los hábitos de vida saludables son clave en el pronóstico de la enfermedad”. Las pacientes en la sala mostraron muchas inquietudes, especialmente sobre todos aquellos factores de riesgo que son modificables, como la dieta y el ejercicio, y de sus preguntas salieron varios temas: la importancia del papel de la microbiota en la dieta y en el cáncer, la importancia de dietas que eviten alimentos procesados, bajas en grasas, o apostar por el consumo de aceite de oliva. También se habló de lo que se entiende por ejercicio físico. Aunque todo suma, es necesaria alternancia de ejercicio cardiovascular y aeróbico, con ejercicio de fuerza.
El moderador de esta sesión, Carles Aguilar, dejó cuatro mensajes a modo de clausura:
“La actividad física después de un cáncer de mama reduce un 30 % las posibilidades de recaída. Los hábitos de vida saludables son clave en el pronóstico de la enfermedad.”
“La comunicación con las pacientes. Cómo se trabaja este aspecto tan importante en la Consulta de Consejo Genético.”
“Podemos decirle a una mujer que está en un grupo de riesgo alto o bajo, pero nunca afirmar que va a sufrir la enfermedad.”
“Hablamos de pruebas de detección precoz, ¿cada cuánto se debe hacer una mamografía? ¿Qué pasa a partir de los 69 con los programas de cribado? Destacamos la importancia de individualizar cada caso.”
Sobre #VHIOTalks
Esta iniciativa, estrenada el 15 de febrero, coincidiendo con el mes en el que se visibiliza la enfermedad oncológica, consta de diez charlas dirigidas a la ciudadanía en general y a los pacientes oncológicos y a sus familiares en particular. En estas charlas se presentarán los últimos avances en investigación oncológica: terapias avanzadas, nuevas estrategias, efectos secundarios. Las VHIO Talks forman parte Programa de Participación de Pacientes y Ciudadanía que VHIO ha desarrollado como Centro de Excelencia Severo Ochoa, con el objetivo de acercar a los pacientes el conocimiento en investigación oncológica para empoderarlos en la toma de decisiones. Los pacientes tienen un especial protagonismo en este ciclo ya que todas las charlas incorporan la mirada del paciente al ser una pieza clave en la investigación clínica y contamos con su implicación para seguir avanzando en la lucha contra la enfermedad.
El ciclo VHIO Talks forma parte del Programa de Participación de Pacientes y Ciudadanía que VHIO ha desarrollado como Centro de Excelencia Severo Ochoa, con el objetivo de educar a los pacientes y a la ciudadanía en oncología (investigación y conocimiento del cáncer) para empoderarlos en la toma de decisiones.
Cada charla, además de contar con expertos de renombre, tendrá un moderador de excepción, entre divulgadores y periodistas, así como la visión de un paciente experto en la materia. Con este triplete queremos que la ciudadanía encuentre un espacio al que ir a tomar un café a media tarde y ampliar su conocimiento sobre un tema de interés y de relevancia como es el cáncer.