
En los últimos años se ha producido una gran revolución con la inmunoterapia en el tratamiento del cáncer. A pesar de llevar décadas estudiándose, no ha sido hasta épocas más recientes que se ha producido su boom. Existen diferentes abordajes y uno de ellos consiste en aprovechar los propios linfocitos para combatir los tumores. Son lo que se conoce como terapias celulares, que han logrado importantes resultados en tumores hematológicos y que ahora empieza a estudiarse su aplicación en los sólidos. La última sesión del ciclo #VHIOTalks, que se celebró el miércoles 13 de septiembre en el Espai Artchimboldi, se centró en explicar en qué consisten estas terapias celulares y cuáles son los retos que todavía tienen que superar en el contexto de los tumores sólidos.
Bajo el título ‘Terapia celular en tumores sólidos’, la Dra. Elena Garralda, jefa del Grupo de Desarrollo Clínico Precoz de Fármacos del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y directora de la Unidad de Investigación de Terapia Molecular del Cáncer (UITM) – CaixaResearch; la Dra. Alena Gros, jefa del del VHIO, y Enric Barba, paciente de melanoma metastásico que recibió en su tratamiento una terapia celular, debatieron de la mano del divulgador científico Pere Estupinyà sobre los retos y las novedades actuales de las terapias celulares.
Aprovechar el propio sistema inmunitario
La inmunoterapia es un enfoque en el tratamiento del cáncer que busca aprovechar el sistema inmunitario del paciente para hacer frente a la enfermedad. Hace ya más de cuatro décadas que empezó a estudiarse como se podía aplicar, y una de las primeras aproximaciones fueron precisamente las terapias celulares, que consisten en intentar aprovechar los linfocitos T, un tipo de célula del sistema inmunológico que es fundamental en la respuesta inmunitaria adaptativa del cuerpo.
“Estas terapias tienen algunas particularidades, como el hecho de que suelen ser pocas las dosis que se necesitan para administrarlas y que atacan al tumor sin generar toxicidades”, explicó la Dra. Alena Gros, quien continuó detallando que existen fundamentalmente dos grandes tipos de terapias celulares. Por un lado están aquellas que emplean los linfocitos T que se pueden encontrar en el mismo tumor y que se conocen bajo el acrónimo de TILS ‒del inglés Tumor-Infiltrating Lympohocytes o linfocitos infiltrantes del tumor en español. “Estas son células que ya atacan de forma específica al tumor y por diversos motivos no lo consiguen. En el laboratorio lo que hacemos es reactivarlas y multiplicarlas para luego volver a administrarlas al paciente”, explicó la Dra. Gros.
El otro tipo de terapia celular consiste en modificar genéticamente cualquier linfocito T del paciente para conseguir que estos ataquen dianas específicas de los tumores. Son lo que se conoce como CAR-T ‒acrónimo de Chimeric Antigen Receptor T-cell en inglés, que se puede traducir como célula T con receptor antigénico quimérico. “Las terapias CAR-T han demostrado eficacia en los tumores pediátricos y hematológicos, pero en los tumores sólidos han encontrado ciertas dificultades. En cambio las TILS han conseguido resultados prometedores en los tumores sólidos, sobre todo en el melanoma, que es donde hemos logrado los mejores resultados”, apuntó la Dra. Elena Garralda.
Reactivar el sistema inmunitario
Nuestro sistema inmunitario está preparado para combatir las células tumorales de manera natural. Sin embargo, existen ocasiones en donde este sistema falla, y es entonces cuando los tumores crecen y se desarrollan. Esto se produce por diferentes motivos. Los dos principales son que las células tumorales aprenden a esconderse y que los linfocitos se agotan de combatirlas y dejan de ser tan funcionales. “Lo que hemos visto es que es posible recuperar estos linfocitos si los sacamos del entorno tumoral, y en eso se basan las terapias celulares”, añadió la Dra. Alena Gros.
En el caso concreto de las TILS se están utilizando los propios linfocitos que se encuentran dentro del tumor, bajo la premisa de que estos se encuentran allí para atacar a las células tumorales, aunque hayan perdido parte de su funcionalidad. También se está estudiando cómo diferenciar aquellos linfocitos que realmente tienen la capacidad de atacar al tumor de aquellos que se encuentran allí de forma casual. “Nuestro objetivo como investigadores es innovar y mejorar lo que ya existe. De esta forma pensamos que conseguiríamos hacer más eficaz esta terapia, aunque requiere un trabajo de secuenciación del tumor”, continuó explicando la Dra. Gros.
Retos por superar de las terapias celulares
A pesar de que ya se están llevando a cabo ensayos con pacientes con las terapias celulares y que algunas han llegado incluso a ser aprobadas para la práctica clínica, todavía quedan muchos retos que superar. Uno de los más importantes está relacionado con su administración. Para evitar que los nuevos linfocitos se diluyan, es necesario aplicar antes una quimioterapia de alta dosis que destruye todo el sistema inmunitario del paciente para dejar sitio a los nuevos linfocitos.
Además, en una segunda fase es necesario la administración de la interleuquina-2, una proteína que desempeña un papel fundamental en la modulación del sistema inmunológico, estimulando la proliferación de las células T. “Esta proteína actúa como una especie de alimento para los nuevos linfocitos, pero también es la culpable de las toxicidades que se asocian con la administración de las terapias celulares”, apunta la Dra. Garralda.
Estas terapias también deben superar la dificultad que entraña la gran heterogeneidad que existe en los tumores sólidos. “En los tumores hematológicos hay más homogeneidad. Existe un mecanismo común que, cuando se identifica, es posible utilizarlo como diana, y eso explica por qué las CAR-T están funcionando tan bien. Sin embargo, esto no sucede en los tumores sólidos, donde además existe la barrera de que los linfocitos tienen que poder penetrar en el tumor. Se van dando pasos para superar todas estas barreras y cada vez logramos mejores resultados, pero sigue quedando camino por recorrer”, añadió la Dra. Garralda.
Otro de los retos por superar es la dificultad que entraña actualmente el desarrollo de estas terapias celulares, que necesitan no solo de equipos muy específicos sino también de profesionales con una alta formación. “Fabricar estas terapias sigue siendo un reto, pero nosotros, gracias al apoyo logrado por parte de la Asociación Española Contra el Cáncer, ahora podremos desarrollar nuestra propia sala blanca para ello”, comentó la Dra. Garralda, mientras que Enric Barba abundó en la misma dirección. “Estas terapias requieren de equipos multifuncionales que no están a disposición de todos los hospitales. Pero creo que son una opción prometedora que seguro que podría funcionar también en otros tumores”.
Sobre #VHIOTalks
Esta iniciativa, estrenada el 15 de febrero, coincidiendo con el mes en el que se visibiliza la enfermedad oncológica, constará de diez charlas dirigidas a la ciudadanía en general y a los pacientes oncológicos y a sus familiares en particular. Estas charlas, repartidas a lo largo del año hasta completar el ciclo en el mes de diciembre, forman parte del Programa de Participación de Pacientes y Ciudadanía que VHIO ha desarrollado como Centro de Excelencia Severo Ochoa, con el objetivo de educar a los pacientes y a la ciudadanía en oncología (investigación y conocimiento del cáncer) para empoderarlos en la toma de decisiones.
Las charlas se llevarán a cabo en el Espai Artchimboldi, lo cual no es casual. Se ha buscado la complicidad de este espacio y de sus moderadores para realizarlas fuera del ámbito hospitalario, con la voluntad de acercarlas al público y no pedirle al público que sea el que se acerque a nuestro terreno.
Se han buscado las temáticas que puedan ser más interesantes, por su novedad, por su aplicabilidad o por la frecuencia en la que se dan. Con el título compartido ¿Hablamos sobre investigación y tratamiento del cáncer?, se presentarán los últimos avances en investigación oncológica: terapias avanzadas, nuevas estrategias, efectos secundarios…, siempre buscando responder al máximo de preguntas y también dar protagonismo a los pacientes, a quienes reservamos un espacio especial. Todas las charlas incorporan la mirada del paciente, una pieza clave en la investigación clínica, y contamos con su implicación para seguir avanzando en la lucha contra la enfermedad.
Cada charla, además de contar con expertos de renombre, tendrá un moderador de excepción, entre divulgadores y periodistas, así como la visión de un paciente experto en la materia. Con este triplete queremos que la ciudadanía encuentre un espacio al que ir a tomar un café a media tarde y ampliar su conocimiento sobre un tema de interés y de relevancia como es el cáncer.