¿Sabías que existe el cáncer de endometrio? ¿Que este año, más de 7,000 mujeres serán diagnosticadas con este tipo de tumor en el Estado? ¿O que las mujeres tienen más probabilidades de morir de un cáncer específico de la mujer que los hombres de morir de un cáncer específico del hombre? En cáncer de la mujer, la investigación aún afronta muchos desafíos, y mientras sigue su curso y los avances llegan, el acompañamiento a las pacientes durante la enfermedad es clave para mejorar su calidad de vida. El mocador solidario nació, precisamente, en 2017 para impulsar la investigación del cáncer específico de la mujer y acompañar a las pacientes desde que reciben el diagnóstico de un cáncer, más allá del tratamiento médico. Es una iniciativa de Vall d’Hebron que cuenta con Judit Mascó, modelo, presentadora de televisión y presidenta de la Fundación Ared, como embajadora; Clàudia Valsells, como diseñadora de los modelos de todas las ediciones, y la colaboración de Natura.
En este tiempo, se han vendido más de 34,000 pañuelos que se han traducido en 386,149 euros para dos líneas de investigación. Por un lado, un trabajo del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) que desarrolla modelos preclínicos a partir del tejido canceroso de endometrio y ovario para entender las características de cada tumor y probar terapias. Por otro, un proyecto del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), que ofrece atención psicológica a las pacientes y con el cual se estudia el impacto psicoemocional del cáncer. Para continuar avanzando en la investigación de tumores que afectan a las mujeres en todas las etapas -prevención, diagnóstico, tratamiento, acompañamiento y seguimiento-, el mocador solidario se reinventa con una sexta edición para extender la cadena solidaria que se ha tejido hasta ahora. “Animamos a las personas que ya han colaborado en el proyecto a explicar a familiares, amigos y conocidos cómo cada pañuelo vendido es un paso más hacia un futuro sin cáncer”, ha trasladado Judit Mascó en la presentación de la última edición del pañuelo solidario.
La presentación tuvo lugar frente al Hospital de la Mujer de Vall d’Hebron y contó, por parte de Vall d’Hebron, con la Dra. María José Abadías, directora asistencial del Hospital Universitario Vall d’Hebron; la Dra. Cristina Saura, jefa de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigadora principal del grupo de Cáncer de Mama del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO); y la Dra. Eva Colás, coreponsable del Grupo de Investigación Biomédica en Ginecología del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) junto con el Dr. Antonio Gil-Moreno. La periodista Elisenda Camps condujo un acto con ciencia y emoción a partes iguales. Mujeres, pacientes y acompañantes escucharon de primera mano los frutos que ha dado el mocador solidario hasta ahora y hacia dónde avanza la investigación. Durante el acto, Judit Mascó y la diseñadora Clàudia Valsells, autora de todas las ediciones del pañuelo, se adentraron en el mundo de las emociones y el arte para explicar cómo es el proceso de creación de una pieza como el mocador solidario y compartir el retorno que han obtenido colaborando en este proyecto. También Georgina Perelló, gerente de ventas de Natura, expresó que “desde Natura estamos orgullosos de formar parte de un proyecto consolidado que hemos construido trabajando como un equipo, donde no solo ayudamos distribuyendo los pañuelos en las tiendas, sino que también participamos en la producción y en todo el proceso de creación”. El mocador solidario se puede comprar en las tiendas Natura, a través de este enlace, o en la página web del “Pañuelo Solidario”.
Los tumores específicos de la mujer: más allá del cáncer de mama
El cáncer de mama, aunque es un tumor principalmente de la mujer –existe en hombres, pero no llega al 1% de los casos–, es el cáncer más diagnosticado en el mundo. De los más de 18 millones de casos que se diagnostican cada año, un 12,5% son tumores de pecho. Se estima que este año, 36,395 mujeres serán diagnosticadas con un cáncer de mama en el Estado. Y 13,280 mujeres sufrirán un cáncer ginecológico: 7,305 de útero y endometrio; 3,716 de ovario, y 2,259 de cuello uterino. Estos cuatro tumores definen el cáncer de la mujer y uno, el cáncer de cuello uterino, es evitable si se vacuna a la población del virus del papiloma humano o si se diagnostica a tiempo. En cáncer de mama, se ha avanzado mucho en el tratamiento hasta tener tasas de curación del 85%. “Pero teniendo en cuenta que afecta a 1 de cada 8 mujeres, es clave el acompañamiento de las pacientes durante el tratamiento y en su reincorporación a la vida activa después de los tratamientos recibidos”, señala la Dra. Cristina Saura.
En útero y ovario, hay más terreno por recorrer en investigación y esto es lo que hace el Grupo de Investigación Biomédica en Ginecología del VHIR con la ayuda del Pañuelo Solidario. La Dra. Eva Colás explica que el 90% del cáncer de útero es del epitelio del endometrio, la capa que recubre el interior del útero. El perfil de paciente más habitual es una mujer con menopausia que presenta sangrado vaginal. Este síntoma es clave para que el 80% de las pacientes tenga un diagnóstico precoz, gracias al cual la mortalidad del cáncer de endometrio es del 25%. Aun así, es el sexto tumor con mayor mortalidad entre las mujeres. “El diagnóstico de una enfermedad avanzada y/o de tipologías agresivas tiene pocas alternativas terapéuticas. Y en estas dos líneas trabajamos con el Servicio de Ginecología del Hospital Universitario Vall d’Hebron”, destaca la Dra. Eva Colás. El cáncer de ovario no es tan prevalente, pero es silencioso, no muestra sintomatología y un 70% se diagnostica en estadio avanzado, lo que se traduce en que es el cuarto tumor que causa más mortalidad entre las mujeres.
Las líneas de investigación del VHIR tienen como objetivo innovar para mejorar el diagnóstico y el tratamiento de las pacientes con cáncer ginecológico. “En diagnóstico, trabajamos para posicionar los fluidos ginecológicos como un nuevo tipo de biopsia líquida para medir biomarcadores con los cuales tener un diagnóstico más preciso y menos invasivo de cáncer de endometrio. Y en medicina de precisión, hemos dado pasos importantes en el ámbito clínico en los últimos años, pero aún queda mucho por investigar”, explica la Dra. Eva Colás. Una de las grandes ventajas de trabajar en un gran recinto hospitalario como Vall d’Hebron es que pueden hacer investigación entendiendo de primera mano los desafíos clínicos y que los investigadores tienen acceso a muestras de pacientes. Gracias a este flujo de conocimiento, el Grupo de Investigación Biomédica en Ginecología del VHIR ha desarrollado una de las plataformas más grandes de Europa de modelos preclínicos en cáncer de endometrio, la plataforma GynePDX (www.gynepdx.com), en la cual se están comenzando a incluir también modelos de cáncer de ovario.
Precisamente, Carina Masferrer, becada con el pañuelo solidario, destaca la relevancia del desarrollo de modelos preclínicos de cáncer de endometrio y de ovario. “Los modelos preclínicos son una pieza fundamental en la investigación porque nos ayudan a probar nuevas terapias y entender mejor la biología del cáncer”, explica. Con muestras tumorales de pacientes se crean modelos in vitro (organoides) e in vivo (modelos animales) para entender las características de cada tumor, probar terapias y determinar el tratamiento más adecuado para cada paciente. “Durante los últimos años, hemos consolidado el biobanco de muestras animales y hemos generado un biobanco de organoides con un gran potencial para consolidar la investigación en medicina de precisión”, destaca.
Acompañar a las mujeres con cáncer
La segunda línea de investigación financiada con el pañuelo solidario estudia el impacto emocional del cáncer sobre las pacientes y ofrece acompañamiento psicológico a las mujeres en el momento del diagnóstico, durante el tratamiento y después, una vez se recuperan y socialmente la enfermedad se da por superada. La Dra. Cristina Saura acompaña a las mujeres desde el momento del diagnóstico y conoce bien la montaña rusa emocional que viven las pacientes. Desde el momento en que la oncóloga informa de la enfermedad, tienen identificadas tres fases que requieren una atención especial: en el momento de dar la noticia; al terminar el tratamiento, cuando la paciente recupera su vida y socialmente la enfermedad se da por finalizada, y en caso de hacer metástasis y tener que convivir con el cáncer. Gracias al pañuelo solidario se ha hecho acompañamiento a más de 125 mujeres.
Los primeros grupos de terapia con los que comenzó a trabajar la investigadora Alejandra Cano, la psicooncóloga del Grupo de Cáncer de Mama del VHIO becada con el pañuelo solidario, fue el proyecto STEPS (Apoyo Terapéutico para Supervivientes), donde se aprenden herramientas para recuperar la vida después de un tratamiento. “Durante el tratamiento, las pacientes han estado centradas en superar etapas y no tienen tiempo de sentir. En los grupos de apoyo terapéutico, las pacientes se encuentran con mujeres que viven su misma experiencia y se dan permiso para mostrar sus miedos e inquietudes”, señala. “Al terminar el tratamiento, la gente te ve bien, pero tú sabes que no eres la misma y que el cuerpo ha cambiado, tienes que hacer un duelo y rehacerte”, comparte un grupo de pacientes. La psicooncóloga trabaja con grupos de 6-8 pacientes que se reúnen virtualmente dos horas cada semana durante tres meses. La media de edad es de 50 años, muchas mujeres tienen hijos a cargo y el formato virtual facilita la conciliación y la adherencia a la terapia.
El segundo proyecto desarrollado con el mocador acompaña a mujeres desde el momento del diagnóstico y durante el tratamiento. Se crea un espacio de confianza donde poder compartir. “Les damos herramientas para gestionar la ansiedad, problemas para dormir, tristeza, saber escucharse y adaptarse a la realidad que viven”, comenta Alejandra Cano. Los estudios para evaluar las sesiones señalan que el nivel de satisfacción es muy alto, las mujeres se sienten menos solas, baja la inseguridad, la angustia, se reduce el malestar emocional y mejora la calidad de vida.